sábado, 16 de octubre de 2010

comentario sobre el conflicto por la ley del 82%

un aporte mas, otro granito de arena para dilucidar porque algo tan simple y basico termina resultando tan conflictivo y complejo.
saludos.


A casi un año exacto de las elecciones presidenciales de 2011 se debaten dentro del congreso y en la sociedad en su conjunto un proyecto de ley que ha sido motivo de fuertes tensiones que decantaron en el veto de la presidenta hace unos días.
La ley en cuestión es la que refiere a garantizar a la clase pasiva de este país el 82% vital y móvil, algo que a simple vista podemos consensuar rápidamente como una ley que tiene un tinte reparador histórico y creo que seria muy dudoso encontrar sectores sociales que estén en contra de un proyecto de ley de esta índole.

A simple vista esta ley muestra algo básico, con fuerte consenso y que sigue los patrones de lo ética, moral y políticamente correcto que es brindar herramientas que permitan a los jubilados tener una vejez digna o por lo menos ir en un camino que busque acercarse a la misma. La pregunta disparadora que abre la caja de Pandora es: ¿Porque algo tan básico y tan evidentemente correcto es objeto de un debate tremendo y de un veto? Y ahí comienzan a surgir disparadores: ¿Porque un gobierno a un año de las elecciones en vez de capitalizar esta medida en su favor veta la ley quedando como un veto claramente antipopular? ¿Porque parte del arco opositor denominado grupo A que antaño redujo las jubilaciones no solo en términos reales sino que incluso nominales (recordemos el recorte del 13% durante el gobierno de la alianza, donde habían funcionarios de primera línea como l Murphy, patricia bullrich o el inefable senador morales) ahora se rasga las vestiduras por la dignidad de la clase pasiva? Y sobre todo ¿Porque el debate se ha estancado en una polarización entre la imposibilidad de ejecutar dicha ley y su ejecutamiento a cualquier precio?
Respecto a esta ultima pregunta cabe destacar que es un fiel reflejo de la polarización que gobierno y oposición de derecha buscan establecer y que no es otra cosa que el enmascaramiento de la democracia de cartulina, delegativa y basada en el bipartidismo que heredamos de la ultima dictadura militar (es decir una democracia formal pero vaciada de contenido). Y esta puja en ultima instancia es ficticia ya que la pelea esconde una lógica común que atraviesa la estructura social, el régimen político y el modelo económico que estas dos patas ( fragmentadas en variados espacios, pero patas al fin) defienden: cambiar para que nada cambie: algo que como podemos ver atraviesa como continuidad la reciente historia democrática de este país, democracia que no solo hemos de defender sino que por sobre todo, debemos concretar, llenándola de contenido, dotándola de un “apellido” que la califique, es decir definir si queremos una “democracia representativa” o una delegativa o una participativa, se puede ver que no da lo mismo cualquier democracia.

Volviendo a las preguntas que se disparan del tema principal, se observa que caemos en una falsa dicotomía que esconde dos versiones de un mismo modelo. ¿Cual es ese modelo? : el de un país rico lleno de pobres, el de un país que a medida que crece a tasas chinas pueden también crecer las postergaciones de las reparaciones históricas o la vulnerabilidad de los derechos mas básicos que se debe garantizar a cualquier ser humano por su condición de tal. ¿ y cuales son las dos versiones?: o la del oficialismo que permite 18 aumentos jubilatorios pero que sin embargo a pesar de los mismos la mayoría de los jubilados quedan bastante rezagados respecto a la línea de pobreza, es decir que la mayoría de un sector poblacional denominado vulnerable se encuentra en situación de pobreza o la versión del grupo A novedosamente patriota pero que esconde una quiebra del sistema previsional, junto a un descalabro del Estado y de la economía argentina que garantizan una serie de negaciones para los sectores económicos dominantes al tiempo que reproduce la lógica neoliberal que ya se aplico con resultados nefastos.
Es decir dos formas de “cambiar para que nada cambie”.
Retomando las demás preguntas y fundamentalmente la pregunta inicial madre de las siguientes, hay que destacar que ambas versiones descansan sobre un modelo de país que dista de ser nacional y popular, es decir un modelo de país que a pesar de años de crecimiento y a pesar de que el oficialismo tuvo mayoría parlamentaria no considero las necesidades de las mayorías y que tampoco considera ahora que dicha oposición se constituyo como mayoría en el parlamento. El campo popular sigue estando fuera de consideración mas allá de algunos paliativos que ayudan pero no resuelven los problemas de raíz (como la bienvenida asignación universal por hijo).
Entonces al interrogante sobre porque algo tan básico como la búsqueda de herramientas que dignifiquen la vejez se torna tan problemático y tan difícil de lograr (cuando debería estar dotado de un consenso amplísimo) se abren una serie de respuestas que si bien ninguna explica concluyentemente por si misma todas otorgan pedacitos que una vez ordenados nos brindan una imagen de la realidad bastante clara y contundente.
Ambas versiones parten de un error que no es para nada ingenuo: tratan la ley como algo totalmente ajeno al modelo de país, es decir las jubilaciones responden a algo aislado y no forman parte de una serie de problemáticas mas integrales y complejas, por ende el problema estaría en función de si la ANSES puede o no hacerse cargo de esos incrementos jubilatorios, sin que existan (siguiendo la lógica mencionada) otras posibilidades de financiación.
El oficialismo vetó la ley por declararla un engaño a la clase pasiva ya que es insustentable y por tener una clara determinación política ( desestabilizar al gobierno a un año de las elecciones) y el grupo A jugo rápido las cartas a sabiendas que el proyecto de ley tal cual se votó tenia dos salidas posibles que en ambos casos resultarían en derrotas oficialistas: si la presidenta no vetaba la ley era una derrota económica ya que se desfinanciaba al Estado y si la vetaba la derrota se trasladaba al plano político en un momento clave ( a un año de las presidenciales).
Esto explica el porque una oposición de derecha corre aparentemente por izquierda al gobierno cuando estos miembros opositores supieron estar claramente en la vereda de enfrente de los jubilados y también permite responder en parte a la pregunta sobre porque este gobierno no capitaliza los efectos materiales y simbólicos de esta ley a un año de las elecciones.
La explicación a esta pregunta se completa al dar cuenta del modelo económico que se viene gestando desde hace 8 años: un modelo que supo crecer a tasas chinas, que tiene reservas por mas de 50 mil millones de dólares ( record histórico) y que desde 2005 hasta 2008-9 supo ser hegemónico ( mayoría en las cámaras, apoyo de los sectores dominantes ( tantos la UIA como el campo, como los multimedios y demás monopolios) pero que sin embargo no logro reducir drásticamente la pobreza y la indigencia ( no lo hizo al ritmo “chino”) no logro reestablecer conquistas históricas, derechos vulnerados y postergados y no modifico ni un ápice la matriz económica de saqueo, expoliación y explotación de los recursos humanos, naturales y culturales, que se verifican en los diferentes ejes del modelo: seguimos con una economía fuertemente extranjerizada, fuertemente privatizada y fuertemente especulativa, orientada a la exportación de commodities que esconden el saqueo de la inmensa riqueza de este país y el derroche de elementos estratégicos para nuestra reconstrucción como nación. Una economía regresiva, donde a pesar del crecimiento gigantesco de estos años la distribución del ingreso sigue siendo bastante desigual, donde no solo no se recuperaron los recursos naturales ni hubo transformaciones estructurales radicales, sino que tampoco se modificaron cuestiones claves como el sistema impositivo regresivo, la falta de impuestos en áreas centrales, la recuperación de la cosa publica y el reemplazo de leyes que datan de la dictadura ( como la ley de entidades financieras). Ni hablemos de lo selectivo del concepto de derechos humanos, donde este gobierno es férreo defensor de los mismos en lo que respecta a las violaciones de ddhh en la ultima dictadura ( algo que se debe aplaudir, al igual que otras medidas de este gobierno, aunque son pocas) pero olvida las violaciones constantes que se sufren actualmente ( niños muriendo por causas evitables, ancianos bajo la línea de pobreza, una fuerte precarización laboral, gente sin techo o los casos extremos de desapariciones en plena democracia como julio López o Luciano arruga que siguen sin aparecer).

Entonces encontramos una oposición que solo la une el antioficialismo pero que es incapaz de construir una alternativa popular porque su modelo y sus intereses son justamente antipopulares y un oficialismo que esta plagado de discursos progresistas pero que no se condicen con sus acciones ni siquiera en los momentos mas favorables (como el trienio 2005-2007 donde clarín era su socio y no su enemigo). Una clase política que mantiene la matriz económica gestada por la dictadura y profundizada y consolidad por el menemato, una clase política que se niega a tratar el tema clave de la deuda externa que se lleva puesto año a año una sangría constante de recursos en concepto de intereses, cuando es una deuda odiosa, ilegitima y fraudulenta que exige una revisión y un juicio a los que atentaron contra el país. Una clase política que más allá de sus matices defiende la estabilidad de un régimen antipopular, pensado para que una minoría no pierda sus privilegios a costa de la expoliación, la explotación y la marginación de las mayorías postergadas.
En síntesis, una clase política al servicio del neocolonialismo y en contra de los intereses del pueblo.
Esto es lo que permite explicar porque algo tan evidente como la restitución de las jubilaciones dignas se torne materia de debate y controversia. Pasemos a aclarar algunos tantos:
El oficialismo dice que no hay recursos y esta claro que según su modelo no los hay, ya que no avanzó en una reforma impositiva, no avanzo en la restitución de los aportes patronales a los niveles previos a Cavallo, no avanzo en cuestiones básicas como la recuperación de los recursos naturales (sin los cuales la reconstrucción nacional es sencillamente imposible) ni avanzo en regular y gravar áreas claves como las actividades financieras, bursátiles, el juego y así podríamos seguir.
Entonces sino tocamos estas cuestiones y seguimos recaudando con impuestos como el IVA que pegan fuerte en el bolsillo de los que menos tienen o seguimos recaudando en base a la exportación de commodities que son regalados como en el caso de la actividad petrolera o minera o que ponen en jaque severamente nuestra soberanía nacional como en el caso del monocultivo de soja al tiempo que seguimos honrando una deuda fraudulenta y legitimada por una manga de asesinos y tipos que atentaron contra el país, es evidente que no van a haber recursos y que los recursos que hay no se van a destinar a mejorar la calidad de vida de todos ( fíjense que porcentaje del pbi se destina a planes sociales como la asignación universal por hijo y que porcentaje se utiliza para subsidiar empresas extranjeras como la general Motors o fíjense que cifra hace falta para acabar con la pobreza en el país y que cifra es la que ganan año a año los bancos o que cifra es la que se destina al pago de intereses de la deuda).


Pero tampoco hay recursos si seguimos el proyecto de ley del grupo A que fue vetado por la presidenta. No solo no hay intencionalidad política favorable al campo popular, no solo hay un intento de una reparación histórica, sino que se esconde un negociado espantoso y que por otro lado es un claro intento de fraude al Estado. Este proyecto de ley buscaba financiar dicha reparación histórica con los fondos de la ANSES poniendo en jaque (tal cual se encuentra la ANSES en este momento) la sustentabilidad del sistema previsional ya que buena parte de los recursos de la ANSES se encuentran en estado iliquido, es decir por ejemplo en acciones. Acciones por ejemplo que tenían las fundidas AFJP (que estaban dejando sin jubilación a miles de jubilados en el momento de la reestatizacion). Acciones que por otro lado fueron en su momento emitidas por grandes empresas y al poco tiempo se devaluaron fuertemente, como por ejemplo las acciones que clarín vendió por $30 y al poco tiempo valían solo $9, es decir acciones que se vendieron sobrevaluadas con la complicidad de dichas afjp a costa del futuro de millones de argentinos y que hoy están en propiedad de la ANSES. Si seguimos la versión del grupo A la ANSES debería salir a vender dichas acciones para obtener liquidez para afrontar los nuevos pagos, lo que implicaría una perdida millonaria para el Estado que debería vender a precio vil dichas acciones que obviamente serian recompradas por los mismos que las emitieron generando un negoción fenomenal donde los jubilados terminan financiando una ganancia enorme de un grupo económico concentrado como clarín.
Aun hay mas, si hacemos hincapié en los artículos 5, 6 y 7 que refieren a actualizaciones, caemos en la cuenta ( calculadora en mano) que este proyecto de ley destina la mayor parte de los recursos a las jubilaciones medias y altas en contraposición de la idea a priori de lo que significa una ley por el 82%. O sea que la brecha entre los que mejor cobran y los que peor cobran se terminaría acrecentando en una clara muestra de distribución del ingreso regresiva contraria a cualquier proyecto de justicia social.
En vez de garantizar el acceso universal de jubilaciones dignas al tiempo que achicamos la brecha distributiva en el segmento de la tercera edad vamos exactamente en sentido contrario.

Estamos a las claras ante una disputa ficticia entre dos versiones de un mismo modelo de país que ya mencione párrafos atrás.
Es evidente que cualquier proyecto de ley es inviable sino se modifica sustancialmente la matriz económica y fundamentalmente si consideramos a esa ley no como parte de una transformación estructural, de un todo que hay que cambiar sino como mero hecho aislado.
Ninguna de las dos versiones persiguen la defensa de los intereses populares sino que atentan contra los mismos.
La clase pasiva de este país debe saber que esta financiando (hoy tal como ayer) negocios de corporaciones y debe saber que este país rico lleno de pobres cuenta en gigantescas cantidades con recursos para afrontar la reparación histórica de los derechos del jubilado así como también para encarar la reconstrucción del país con una sociedad justa, soberana, independiente y libre.
El campo popular debe saber que así como hoy siguen atentando contra los jubilados mañana atentaran contra otros sectores populares para garantizar intereses espurios de sectores dominantes muchos de los cuales son corporaciones multinacionales. Pero también debe saber (y lo sabe) que no hay solución viable y de raíz a los problemas por dentro del actual sistema político basado en el bipartidismo. Que ni el veto presidencial ni el proyecto de ley del grupo A defienden los intereses populares y que ambas son versiones de un mismo modelo donde diferentes facciones de la clase dominante pujan por posicionarse relativamente mejor.
En este sentido se hace necesario debatir y consensuar un proyecto de ley por el 82% que verdaderamente garantice la dignidad y la calidad de vida de todos los jubilados y que tienda a acortar la brecha entre los que mejor y peor cobran sin dejar de reconocer las diferentes trayectorias de vida y los diferentes aportes.
Para esto debemos recuperar los recursos necesarios y genuinos para que dicha ley sea viable y aplicable de forma sustentable.
No solo se trata de recuperar los recursos naturales, no solo se trata de una reforma financiera y tributaria que busque subir aportes patronales, disminuir el IVA de los productos de consumo popular, gravar con fuerza las actividades bursátiles, financieras y especulativas en general sino que además y fundamentalmente debemos modificar sustancialmente el papel del Estado para pasar de un estado capitalista al servicio de los intereses dominantes, antinacionales y antipopulares a un estado al servicio de un verdadero proyecto emancipador, nacional y popular que se articule con otros proyectos de la región en busca de la construcción y consolidación de una patria grande y socialista ya que hay que entender que esta situación no la superamos ni solos, ni por dentro del sistema sino que se impone el trabajo mancomunado de las sociedades latinoamericanas bajo un modelo alternativo y superador al capitalismo que garantice la reproducción de la vida humana y de los medioambientes necesarios para la misma en lugar de la reproducción a escala ampliada del capital.
El problema de los jubilados no es aislado y su solución no puede ser por ende aislada sino que debemos contemplar y analizar el todo complejo de la realidad social a fin de solucionar los problemas de raíz.

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