sábado, 16 de octubre de 2010

sojizacion ultima parte

SEGUNDA PARTE: RELACION CAUSAL ENTRE PROCESO DE SOJIZACION Y PERDIDA DE SOBERANIA ALIMENTARIA: CONSECUENCIAS SOCIOECONOMICAS.


La pérdida de Soberanía Alimentaria.

“Un pueblo que no logra producir sus propios alimentos es un pueblo esclavo, dependiente política, económica e ideológicamente”.
Joao Pedro Stedile, Movimiento de los Sin Tierra, Brasil

El proceso de sojizacion descripto en el capitulo anterior tiene como correlato causal el proceso de perdida de soberanía alimentaria.
Siguiendo a Teubal “ Por soberanía alimentaria se entiende el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos, que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población con base en la pequeña y mediana producción , respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental” .
La perdida de soberanía alimentaria afecta de forma desigual a los diferentes sectores sociales según el lugar que ocupen en la estructura socioeconómica y el tipo y grado de inserción en el mercado. Sin embargo los sectores desfavorecidos comienzan a tomar consciencia de forma paulatina observando el panorama desde una visión mas complejizadora e integral donde las demandas reinvindicativas conjugan las relacionadas con la desigual distribución del ingreso junto a las que refieren a los desiguales impactos ambientales que sufren los diferentes sectores sociales. El crecimiento económico implica mayores impactos en el medio ambiente y observa el desplazamiento geográfico de residuos y desechos borrando fronteras con nuevos impactos.
En este sentido es interesante mencionar como entienden al concepto de soberanía alimentaria sectores sociales fuertemente perjudicados en el doble carácter económico-ecológico por la producción de soja transgénica.
la soberanía alimentaria para la “vía campesina” pasa por:
• La producción alimentaria sana, de calidad y culturalmente apropiada
• Con producción campesina diversificada que garanticen la independencia económica y la soberanía alimentaria en cuestión.
• Proteger el mercado interno y precios remunerados para los campesinos
• La regulación del mercado interno para evitar la producción de excedentes
• El desarrollo de una agricultura campesina sustentable

Es decir que el modelo sojero se ubica en las antípodas de dicho concepto a la vez que la percepción de la soberanía alimentaria por parte de los campesinos organizados coincide íntegramente con el concepto de desarrollo sustentable esbozando al comienzo de este trabajo, otorgando una visión mas clara del enfrentamiento a la vez económico y ecológico entre dos formas totalmente distintas de gestar las denominadas “ cuatro producciones”, dos formas antagonicas que entienden de manera distinta el concepto de desarrollo y que tienen respuestas muy diferentes a las preguntas-subsistemas que permiten analizar el determinado modelo productivo en cada fase de desarrollo.
Se da lo que Martinez Alier define como el “ecologismo de los pobres” en cuanto movimientos que surgen en el tercer mundo que combinan reclamos ambientales y distributivos, donde una cuestión central es la necesidad de reformular la estructura de propiedad de la tierra, sin la cual estos movimientos no pueden realizarse como sujetos históricos. De esta forma convergen el ecologismo de los pobres con la noción de justicia ambiental, donde la preocupación central pasa a ser el sustento de los millones de hombres pobres de hoy, donde se cuestionan ciertos ordenamientos sociales poniendo en duda la legitimidad del mismo orden, ¿Quien disfruta de los derechos de propiedad de ciertos lugares?
En función de esto se incluirán o no los pasivos ambientales en las cuentas económicas

La perdida de soberanía alimentaria marca directamente la perdida de soberanía “a secas”, para poder tomar decisiones centrales y es a la vez resultado de una determinada lucha de fuerzas que barrió con el modelo tradicional de organización y producción del país, en cuanto productor de alimentos para el mercado interno y la defensa de derechos elementales para el conjunto de la población.
Evidentemente estas relaciones de fuerza son asimétricas y esta desigualdad se acentúa gracias a la distribución regresiva de los ingresos profundizando las problemáticas pero también los conflictos y los intentos de tejer alternativas superadoras a favor de las mayorías excluidas y sometidas a situaciones inhumanas de pobreza y miseria.
En ese sentido la capacidad de lobby de los sectores dominantes en un contexto de oligopolizacion de los medios de comunicación es tremenda e incluso las salidas reformistas que plantean estos sectores no se salen de la lógica dominante siendo el mismo “cambiar que nada cambie”.
En una sociedad con una democracia meramente político-representativa donde la economía esta privatizada, extranjerizada y manejada por unos pocos las capacidades de imponer los intereses particulares de un sector como los intereses generales de una nación son muy distintas.
Un ejemplo concreto es la capacidad de lobbie que poseen los sectores dominantes para imponer sus intereses particulares como generales, legitimando el uso de la soja tanto por sus pretendidas bondades como por la facilidad de producción y las altas rentabilidades en una suerte de reedición agraria de la teoría del derrame, donde encontramos ejemplos paradigmáticos como el caso de “la soja solidaria” una campaña organizada durante fines del 2001, en plena ebullición del conflicto social, orquestada por la asociación argentina de productores de siembra directa (AAPRESID) una de las asociaciones con mas poder de mediatización. Dicha campaña se basaba en la donación de un kilo de soja por cada tonelada exportada, para lo cual era evidente que previamente se debía imponer la visión de la soja como alimento sano y de calidad y modificar las tradiciones culturales en materia alimenticia, con lo cual hubo un brote de cursos, talleres, donaciones y propagandas con el fin de naturalizar el consumo de una forrajera que no solo no tiene ni hierro, ni calcio ni minerales sino que encima inhibe la correcta absorción de los mismos por el cuerpo, de forma tal que los nutrientes que tienen los alimentos acompañados por la soja ( en el mejor de los casos) no son correctamente absorbidos.
Sin embargo se vendía a la soja transgénica como el alimento que terminaría con el hambre a nivel mundial, legitimado además a través de vertientes propagandísticas que emulaban la cultura oriental como un estilo de vida alternativo basado en una supuesta cultura de consumo de soja milenaria por parte de los orientales que estaba muy lejos de ser realidad. Una muestra más de cómo el capitalismo puede cooptar movimientos alternativos o de resistencia al estilo de vida que impone, distorsionándolos y mercantilizándolos. El mensaje final era que el hambre de los pobres podía e iba a ser combatido con lo que sobrara de la exportación de dicho forraje transgénico, donde reina no la distribución igualitaria de los recursos, ni una democracia real con derechos efectivamente realizados, sino la concepción de la caridad cristiana que necesita que sigan existiendo pobres, hambre y miseria para seguirse justificando y ocultando la forma de dominación ejercida.
Los pobres no comerán o comerán lo que sobre o no se pueda vender y además deberán dar las gracias y valorar esa ayuda caritativa de los opulentos que hacen de esta forma gala de su buena educación y su “ costado humano”. Esto dista mucho de responder a cualquier intento de integración social o de refuerzo de la solidaridad social en cualquiera de sus formas.
Otro caso muy mencionado fue el de los programas asistencialistas de ciertas organizaciones beneficiadas por dicho proceso de sojizacion, en torno a la promoción y distribución de la mal llamada “leche de soja”. Incluso a pesar de que es el Estado uno de los principales agentes que protegen y estimulan el modelo de producción sojera ha recomendado que no se llame “leche” al jugo de soja, ya que no contiene los beneficios propios de la leche, a pesar de que es simplemente una recomendación y los propios organismos que deben velar por nuestra salud y alimentación suelen pasar estas cuestiones por alto. También recomendó que no se den derivados de la soja a niños de menos de 5 años y bajo ningún punto de vista a menores de 2 años, sin embargo es moneda corriente en los programas caritativos de muchas organizaciones para terminar con el hambre y la desnutrición infantil, pero también excede la cuestión de la clase social, ya que en leches para niños de menos de dos años podemos encontrar productos derivados de la soja como el caso de la lecitina de soja para una conocida leche infantil de Sancor ( habría que preguntarse como llega la lecitina de soja a la leche infantil y que problemas de coordinación hay entre diferentes áreas estatales, que por un lado no recomiendan ese uso y por otro lado lo habilitan, evidentemente el Estado no es ajeno a los conflictos y tensiones de diferentes intereses sociales pero claramente tiene una tendencia bastante marcada a favor de algunos).
Otro caso bastante difundido es el de propagandas que mencionan a la soja como un bondadosos sustituto de la carne, lo que lleva a legitimar indirectamente la sojizacion en detrimento de actividades ganaderas, al tiempo que habilita los programas caritativos que giran en torno a la soja sobrante como forma de terminar con el hambre que la propia soja contribuye a generar.
Siguiendo las recomendaciones del Foro nacional para un plan de alimentación y nutrición, la soja no es recomendada entre muchas otras cosas por una inadecuada proporción de calcio y fósforo que puede contribuir a problemas óseos en los niños por la no absorción del calcio e inhibición de la absorción de otros nutrientes.
Sin embargo se manipula la información y la realidad tamizadas por la distorsión mediática pudiendo encontrar infinidad de propagandas y discursos de supuestos expertos en torno a las bondades pretendidas de la legumbre donde se la menciona como una fuente rica en nutrientes, vitaminas, minerales, se menciona que tiene el doble de proteínas que la carne, cuatro veces mas que el huevo, doce veces mas que la leche vacuna, que no tiene grasas saturadas ni colesterol y que tiene ácidos poliinsaturados protectores del corazón, además de sostener que es un alimento sumamente barato.
Algunos promotores aliados al plan soja solidaria son: caritas, el Pro-Huerta y el propio INTA.
Así para los promotores de la soja, diversidad de alimentos de calidad es equiparable a diversidad de alimentos con soja camuflada o alimentos directamente derivados de la misma (según a la clase social a la que se dirijan). Así podemos encontrar desde planes directamente basados en la soja como alimentos para pobres hasta su uso en productos sumamente diversos que van desde tapas de empanadas, rellenos, dulce de leche, alfajores, jugos frutales concentrados, chocolates, caramelos, café, pizza, leche y podríamos seguir citando.
Pocos escapan al engaño que implica creer que comemos algo cuando en realidad estamos comiendo otra cosa, donde se da la situación de directamente no comer lo que creemos que estamos comiendo. Un caso paradigmático es el de los medallones de carne, las llamadas hamburguesas cuya composición carece de carne vacuna (en el mejor de los casos tiene grasa vacuna) pero no carece en muchísimos casos de derivados de soja como lecitina o harina. Tiene olor a carne, sabor a carne, “pinta” de carne, pero no es carne.
Así como sostiene Teubal: “Casualmente el mismo periodo de auge de la sojizacion coincide con un periodo de hambre y pobreza como nunca en la historia de nuestro país, ¿existe una relación causal entre ambas tendencias?, los defensores de la soja, la siembra directa y el glifosato siguen insistiendo con que no”. Sin embargo se ve a las claras que el modelo agroindustrial impuesto en el país ha expulsado trabajadores, campesinos, pequeños productores formando un caudal que explica una parte de la desocupación creciente en el país y el correspondiente surgimiento de niveles de pobreza alarmantes que conllevan a otros problemas cada vez mas graves entre los que se siguen destacando el hambre y la desnutrición en muchos casos crónica de niños y adolescentes o poblaciones vulnerables como las mujeres embarazadas o la denominada “ tercera edad”. A esto se suma no solo el desempleo o el subempleo sino también la tremenda pérdida de poder adquisitivo de los salarios promedios con un aumento de los precios de los principales bienes salarios.
Ahora bien, estos vastos sectores populares no aceptan simplemente la dicotomía impuesta entre morir de hambre o morir por la comida que la caridad les brinda sino que progresivamente van tomando consciencia y organizándose en torno a las diferentes luchas reivindicativas planteando ciertas alternativas en cuanto estrategias de subsistencia y de fundamentalmente reproducción ya no su fuerza de trabajo en cuanto mercancía que pueden vender en el mercado, sino de reproducción de la propia vida.
En este sentido cobra importancia el concepto de “economía popular” planteado por José Luis Coraggio, entendiendo que esta no es una alternativa pobre para pobres sino un subsistema orgánico de elementos socialmente heterogéneos con dinámica, competitividad y calidad propias. Esta forma de economía surge de las modificaciones sustanciales que he desarrollado a lo largo del presente texto donde por un lado encontramos una apertura irrestricta a la lógica de los mercados donde la creciente tecnificación producto de la competencia por lograr mas productividad conlleva a la destrucción de miles de puestos de trabajo, formando ya no un ejercito de reserva de fuerza de trabajo, sino otra cosa, que para el capital no es mas que población sobrante. Este supuesto ejercito no tal, ya que ni siquiera en las fases de expansión capitalista son absorbidos por el mercado, por ende la exclusión no es coyuntural sino estructural y son solo un gasto que debe ser reducido para orientar recursos económicos a otras áreas centrales para la reproducción ampliada de la ganancia capitalista. Esto se conjuga con un fuerte achicamiento del Estado en el mismo sentido, el cual ya no solo no absorbe fuerza de trabajo desempleada por el mercado sino que el mismo se convierte en un agente expulsor por sus transformaciones estructurales exigidas por la lógica neoliberal y a su vez es también uno de los que mas fomentan la subocupación y el empleo en negro llevando a una precarización de las condiciones de vida de sus propios trabajadores.
Encontramos un panorama de una gran porción de trabajadores pobres y una también significativa de pobres sin trabajo, desempleados crónicos. En este marco, se desarrollan el conjunto de estrategias mencionadas por Coraggio dentro del concepto de Economía Popular en cuanto forma de afrontar la exclusión y pobreza que el orden dominante les plantea como crónicas. La conformación de esa economía supone paralelamente la conformación de un movimiento popular de carácter reivindicativo. Si bien muchos movimientos ambientalistas suelen ser policlasistas, sostuve que los efectos de las problemáticas ambientales se distribuyen desigualmente siendo los pobres de los países pobres claramente los mas afectados generando en ellos una toma de consciencia ambientalista que se conjuga con las diferentes demandas socioeconómicas y distributivas. La economía popular supone maximizar un determinado capital que esta siendo destruido a grandes pasos: el capital humano, en cuanto reproducción de la vida, mejorando la calidad de vida de todos y planteando relaciones alternativas entre hombre y naturaleza que corrijan los desfasajes propiciados por el modo de producción capitalista.
De esta forma comienzan a generarse serias criticas que van horadando el orden dominantes y los mecanismos legitimadores en los que se sustentan observando no solo los limites inquebrantables a los que se deberá enfrentar mas tarde o mas temprano el sistema capitalista con los riesgos y consecuencias ambientas y sociales mencionadas como también poniendo una lupa critica sobre conceptos tan acriticamente aceptados como modernidad, crecimiento, desarrollo, modernidad, ya que evidentemente estos conceptos no significaron lo mismo para todos tanto a escala global como nacional y local por ende deben ser reformulados tomando en consideración aspectos de la realidad compleja que las disciplinas científicas convencionales dejan de lado. Las grandes mayorías deben dejar de financiar la fiesta de unos pocos, pero muy poderosos con el hambre, la pobreza y la exclusión a la que el sistema las somete planteando alternativas superadoras en torno a la organización social y productiva a fin de ir en el camino, repito, de un desarrollo sustentable tanto de la vida humana como de la propia naturaleza reformulando el concepto de desarrollo, desmitificándolo y dotándolo de un sentido concreto acorde a la necesidad de sustentabilidad y de una verdadera democracia participativa.



Conclusiones
El presente trabajo buscó plantear a partir de una critica a la economía política y la visión peculiar del mundo que fomenta, a partir de una serie de conceptos sumamente novedosos para el imaginario social pero que se tornan pertinentes en función de la capacidad explicativa que poseen sobre determinadas problemáticas sociales y ambientales relativamente novedosas. Nuevas disciplinas surgen a partir de nuevos problemas que las tradicionales no pueden explicar, es decir la sociedad a medida que encuentra soluciones y explicaciones también encuentra nuevos problemas, complejizando progresivamente la cuestión, acercándose también de a poco a la complejidad empírica de la realidad social y natural.
En este sentido, estos conceptos ponen en consideración una serie de limites, falencias y supuestos erróneos a partir de los cuales se explica el mundo y se fundamenta legítimamente un orden, presentando una serie de beneficios que no solo no lo son para todos sino que son beneficios en función de desconocer una serie de variables no consideradas pero que son las que verdaderamente explican las consecuencias socioeconómicas y los impactos ambientales que se han desarrollado en el texto.
Desde esta visión, se vuelve evidente y sumamente imperante plantear en términos de prácticas sociales transformadoras el conjunto de conceptos desplegados a través de estas páginas. Partiendo de la definición de desarrollo sustentable en cuanto una reformulación radical del concepto de desarrollo, que implica reconocer la complejidad de las ofertas ecosistémicas, manejando de forma eficiente la biodiversidad, con lógicas de sustentabilidad a largo plazo, maximizando la producción, el aprovechamiento y el uso integral a la vez que se minimizan la destrucción, el desaprovechamiento y la parcializacion de los usos, lo que supone como objetivo central elevar la calidad de vida de todos implicando al conjunto de la población en una practica activa en la toma de decisiones, una verdadera democracia participativa. Esto obviamente implica reformular radicalmente la estructura socioeconómica, la estructura de propiedad de la tierra y la propia lógica por la cual “ se mueve el mundo” en función de reproducir a escala ampliada la vida humana y de la naturaleza manteniendo una relación lo mas armoniosamente posible entre ambas esferas de la vida del planeta, elevando la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras al tiempo que se garantizan los criterios de sustentabilidad mencionados en la primer sección.
Esto establecer una nueva visión del hombre en cuanto inserto en el medio natural, el cual es a su vez reformulado por el humano, pero teniendo en cuenta que la naturaleza no depende del hombre para subsistir pero si el hombre de la naturaleza, por ende se deben corregir los desfasajes entre los diferentes subsistemas que integran el sistema global de relaciones entre hombre y naturaleza. Por ende, debemos considerar seriamente que los problemas ecosistémicos, las problemáticas ambientales nos tocan aun cuando no las veamos directamente y que de seguir con este tipo de desfasajes nos exponemos seriamente a una serie de catástrofes que pueden atentar definitivamente contra la vida humana en todo el planeta. Por ende hay que reformular esas relaciones, reformulando la estructura productiva, la lógica de producción, lo que implica reformular los para que, para quienes, donde, como y con que se produce, estableciendo una lógica alternativa superadora de la capitalista, cortoplacista y extractiva. En este sentido es menester revisar y revertir el proceso de sojizacion desarrollado en el presente trabajo teniendo en cuenta como ya sostuve el doble carácter de la crisis capitalista, evaluando los impactos ambientales y las consecuencias económicas y sociales.
En este sentido la recuperación de la soberanía alimentaria en el marco de una distribución equitativa de los ingresos y del acceso a oportunidades junto a una superación de la lógica imperante en pos de un desarrollo sustentable, con una fuerte participación de la población en las tomas de decisiones, que busque armonizar las relaciones entre sociedad y naturaleza se conjugan para resolver de forma superadora la doble crisis a la que nos ha llevado el modo de producción capitalista en cuanto crisis económica y ecológica, tendiendo a evitar así un escenario de verdaderas catástrofes sociales y naturales que pueden suponer un punto de no retorno que pone seriamente en duda la continuidad de la humanidad como especie y la propia vida del planeta.
Se trata como dije anteriormente de confrontar una lucha entre seguir reproduciendo a escala ampliada el capital o comenzar a reproducir a escala ampliada la vida humana y la sustentabilidad de los diversos y complejos ecosistemas.

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