sábado, 16 de octubre de 2010

retomando el blog ( soja toma 1)

en los proximos dias o semanas ire retomando el trabajo del blog para socializar informacion que puede resultar util buscando como siempre aportar el granito de arena en la construccion de un proyecto emancipatorio, nacional y popular que permita una sociedad justa, soberana, independiente, libre e integrada a la patria grande que necesariamente debe ser socialista.
saludos.

arranco enviando por partes un trabajo sobre el proceso de sojizacion, desastres medioambientales y consecuencias socioeconomicas que no esta terminado y ademas se inserta en trabajos que planeo desarrollar dentro de problematicas que integradas explican acabadamente el problema de fondo ( me refiero a los casos de la megamineria a cielo abierto y los procesos neocoloniales de ubicacion de pasteras entre otros problemas).

aca comienza:

INTRODUCCION


El presente trabajo busca describir un conjunto de problemáticas que surgen de la alta complejidad de las relaciones entre la sociedad y la naturaleza, y de las propias relaciones sociales.
Dichas cuestiones están centradas en los procesos de sojización y de pérdida de soberanía alimentaria para lo cual es menester describir una serie de procesos económicos, ecológicos y sociales a fin de que podamos tener un marco de referencia que nos permita relacionar ambas problemáticas.
En este sentido buscaré ir de lo general hacia lo particular, siguiendo una lógica descriptiva basándome en datos secundarios e intentando relacionar este conjunto de problemas que se suelen plantear como ajenos o desconectados pero que, sin embargo, se interrelacionan e influyen mutuamente.
El presente trabajo está estructurado en dos partes a partir de las cuales surgen una serie de ejes analíticos.
En la primera parte se busca explicitar el divorcio entre economía y ecología, el creciente conflicto que se genera entre sociedad y naturaleza, entre el hombre y su ambiente.
En esta dirección cabe mencionar el divorcio creciente gestado entre economía y ecología, donde por un lado encontramos los intentos constantes por subsumir a la naturaleza a la lógica económica imperante (desconociendo que la naturaleza tiene sus propias leyes y donde el intercambio de flujos reales y monetarios dan la ilusión de que se trata de elementos con idéntica lógica); y por otro lado, al mismo tiempo, un divorcio entre economía y naturaleza, lo que implica decir, entre sociedad y naturaleza en cuanto tecnosistema y ecosistema que mantienen interrelaciones y se influyen mutuamente, donde encontramos por un lado progreso y por el otro, regresión.
No sólo se olvida que la historia humana está inserta en un marco natural, en una relación dialéctica entre hombre y naturaleza, negando esa relación misma (aunque el capitalismo no logre abolirla), sino que por sobre todo la propia lógica de reproducción ampliada del capital atenta contra la sustentabilidad de la relación misma y de la propia naturaleza, profundizando la tremenda contradicción capitalista de ir destruyendo sus condiciones de posibilidad, lo que tiene severas implicancias sociales, económicas y ecológicas que serán analizadas en este trabajo.

Para desplegar esta primera parte, se desarrollarán un conjunto de conceptos que permiten adentrarnos en el terreno de la ecología observando las formas y la organización de la producción en el modo capitalista, sus límites, obstáculos y sobre todo implicancias de este modelo productivo. Para esto es necesario hacer hincapié en la propia lógica del capital y la reproducción ampliada del mismo, sin dejar de mencionar la cuestión de la renta agraria que resulta nodal para comprender el eje de dicha “racionalidad” económica en el agro y por otro lado contextualizar la situación en el marco de un proceso de globalización del capital, estableciendo el contexto sociohistórico en el que se despliegan dichos procesos.
Es necesario establecer además una serie de interrogantes que nos permitan profundizar el análisis de dichos procesos (entendiendo que la producción la realizan ciertos actores) por lo cual debemos interrogarnos a fin de dar cuenta de dichos procesos complejos: ¿para qué se produce? ¿Para quiénes se produce? ¿Dónde se produce? ¿Cómo y con qué se produce?
Por último, describiré la situación argentina acerca de la producción agropecuaria nacional centrándome en cómo se ha ido desplegando el proceso de sojización en nuestro país con sus diferentes consecuencias, una de las cuales es la pérdida de la soberanía alimentaria, consecuencia central que dará lugar a la segunda parte del trabajo.
La segunda parte está basada en las transformaciones estructurales que se han ido gestando en el país y las consecuencias sociales que han conllevado estos procesos. El eje fundamental es el establecimiento de una relación causal entre por un lado el proceso denominado de sojización y por otro, la pérdida de soberanía alimentaria y el deterioro de la biodiversidad de nuestro país, sin dejar de mencionar las consecuencias sociales y económicas de un proceso que suele percibirse como ajeno, extraño, del que realmente el imaginario social conoce poco y el cual influye más de lo que se suele creer sobre la vida cotidiana de la población.
Es necesario además señalar que los procesos de producción se dan en un tiempo y espacio determinados, y lo llevan a cabo ciertos sujetos sociales que entran en conflicto, donde el Estado es, a su vez, un actor central tanto en la organización de los procesos de producción, distribución, cambio y consumo, como en la resolución de los conflictos entre sectores o clases sociales. Hay que destacar que los procesos son dinámicos y el rol del propio Estado es dinámico por lo que debe ser analizado contextualmente, según lo que Brailowsky denomina “fases de desarrollo”.
Este contexto no puede obviar las transformaciones capitalistas en nuestro país, el proceso de valorización financiera ni la hegemonía de la ideología neoliberal, sin los cuales los desastres sociales y ambientales no hubiesen llegado a la magnitud alcanzada.
Esto tiene implicancias en la propia construcción de la democracia. Una democracia que requiere de un apellido que la adjetive, ya que no es lo mismo construir una democracia representativa o delegativa donde se “democratice” la política pero no la economía (donde se cambia algo para en el fondo no cambiar nada) que construir una democracia participativa donde la población en su conjunto, en cuanto ciudadanos, tengan participación en la toma de decisiones y donde se democraticen tanto las instituciones como la propia economía, pudiendo reconciliar libertad e igualdad, dos caras de la misma moneda que han sido divorciadas durante el siglo XX.
Por último señalaré las consecuencias de este modelo productivo buscando poner en duda cuestiones que no suelen ser interrogadas o examinadas y que son pilares legitimadores del modo de producción capitalista.
Explicitar estas problemáticas permite el surgimiento de interrogantes, como sostiene Sejenovich “¿Conservamos el medio ambiente o usamos los recursos para la producción? La dicotomía economía / ecología no refleja un conflicto entre disciplinas, sino entre sectores sociales respecto a la apropiación y uso de los ecosistemas” .
Nociones que están entrando en crisis, una crisis que no es meramente económica/capitalista, sino una crisis de modernidad, de época, donde no sólo entra en colapso el modo de producción sino la propia cosmovisión que lo sustenta y legitima. Comienzan a desestabilizarse conceptos históricamente tan inmutables como progreso, desarrollo, crecimiento, etc., mostrando la irracionalidad de la presunta racionalidad, desnudando el carácter de mitos de esos conceptos tan presuntamente científicos y dejando ver que se debe reaccionar ante esta situación sino queremos terminar en un escenario de catástrofes sociales y ambientales, donde se ponga en juego la propia continuidad de la humanidad como especie, explicitando que la dicotomía entre ecología y economía, entre sociedad y naturaleza, se expresa en una lucha por establecer la reproducción ampliada del capital o la reproducción ampliada de la vida.



Sejenovich, Héctor; “¿Mercantilizar la naturaleza?”; 09-06-10 ; en http://www.tierramerica.net/economia/mercantilizar.shtml

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